sábado, 13 de septiembre de 2008

El hervor cruceñista tocó el borde de la olla. Mujeres campesinas bolivianas

Sí. Ayer había escrito que muy pronto, la oposición desaforada a Evo Morales encontraría su "borde". El "cruceñismo", que cree que su hervor trepará indefinidamente por el borde de una olla interminable de impunidad, ha tocado, ayer, un borde filoso que no pudo traspasar.

¿Balas policiales? ¿Metralleta militar? No. La criatura más peligrosa del planeta, cuando se trata de defender el pan de sus hijos. La mujer. Sí, lo que no hicieron (mejor dicho, lo que no quisieron hacer) las fuerzas del orden en estos días, lo hicieron las campesinas del Mercado de Tarija. Hacia allá fueron, confiados, soberbios y subidos de vino, los grupos del prefecto Mario Cossio, las "damas cívicas", los hundiversitarios (los que tiene la verdad hundida) y los montoneros de Méndez. Fueron con hondas, palos y bates con intención de romper los puestos de los humildes comerciantes, que hacen "la diaria" con sus ventas, para alimentar a sus hijos. Arremetieron con todo su odio racista y su rencor anti-colla contra mujeres y policías. Éstos se fueron al rato. Las mujeres se quedaron a defender lo suyo. hubo una batalla campal de casi 9 horas. Decenas de "hembras" decididas contra cientos de "machos" armados hasta los dientes. Volaron piezas dentales hacia el aire (como en las historietas de Ásterix), se tatuaron brazos y espaldas a cuchillazos, se decoró el lugar con sangre a salpicones, pero... las mujeres se quedaron (también sus hombres, no les quitemos crédito). Pero, para la sociedad boliviana, culturalmente muy machista como en toda Latinoamérica, la imagen de mujeres corriendo a palos a hombres, es muy significativa. Es como si el Evo les dijera a la contra "¿Ven? Para ustedes, nuestras mujeres".

Es todo un símbolo y una marca en el tiempo. Hasta ahora, los cruceñistas y sus aliados, comandados por Rubén Costas, Marinkovich y Papá Goldberg, pelearon su guerra contra nadie (por que nadie se les puso en su camino, los dejaron hacer), y creyeron que todo era fácil. "pan comido" decimos en Argentina, pero no. Las mujeres del mercado campesino, son "hueso duro de roer", para seguir con las frases hechas. ¿Qué pensaron estos "cívicos" ignorantes? ¿Qué estas mujeres no tienen sentimientos, que no piensan en sus hijos? ¡Los que no piensan en sus hijos son las madres del Terror Chapaquista, que los alientan a "luchar por la autonomía". Lindas frases, lindas bravatas, cuando enfrente no hay oponente, cuando el camino está allanado, no por la cobardía, sino por la responsabilidad de las fuerzas armadas y el presidente-comandante. "Ni un muerto por nuestra causa" ha dicho Evo. "Ni un muerto por nuestra causa" respondieron los policías y militares. "La vida de un ser humano vale más que el espacio vacío de una oficina" ordenó el presidente. "Así será" respondieron los hombres-balas.

He estado en los mercados de La Paz, Oruro y Potosí, recorriendo los puestos de estas mujeres de silueta "in-adivinable" (nunca se sabe si son flacas o gordas, debido a su ropa). Lo que si sé, de lo que no tengo dudas, es que detrás de sus sonrisas blancas y amables, hay una señora que tiene muy claro que ese puesto es su vida y la vida de su familia. Solo un ignorante infinito, un estúpido des-informado a mentiras del diario "el deber", podría imaginar que a estas mujeres pueden romperles "su vida", sin esperar reacción de ellas.

Claro, los descorazonados cruceñistas y chapaquistas, leyeron esos libros deleznables de la década del 60' que nos pronosticaba que "la raza indígena se está extinguiendo, falta de virilidad" o "la característica indolencia del indio boliviano". Que los indios se extinguen, sólo un tarado puede creerlo. Cada vez son más. Son "quichicientos", decimos en Argentina (usando un bromista cuantificador inexistente, pero que significa "muchos"). ¿In-dolencia? ¿Qué querían decir? ¿Que a los indios no les duele nada? ¿Que se les puede hacer cualquier cosa, porque son piedras insensibles? ¡Qué equivocados que estaban y están! Estas mujeres matarán por sus hijos. No se dejarán amedrentar. No retrocederán. Se dejarán cortar brazos y piernas, y seguirán peleando hasta el último aliento, porque ese último aliento será para sus hijos. Ya lo dijo Mao, ellas "sostienen la mitad del Cielo". No se equivoquen, hundiversitarios y amas cínicas. La mujer boliviana, si ve peligrar el sustento de sus hijos, a manos de forajidos como ustedes (a no dudarlo), hará un pastel con su hígado, y se lo comerá sin culpa.

Lo de ayer, por parte del prefecto Mario Cossio de mandar a atacar mujeres, es, sin dudas, la evidencia de su estupidez y de su cobardía. Lo primero es lamentable, lo segundo pondrá en peligro su administración, en estos días. Cossio caerá muy pronto. El terror sembrado, cosechará sus frutos, más rápido de lo que imaginamos. Un borde ha sido alcanzado. No es un borde mellado, es un perímetro filoso. El borde de una pollera colla, es una frontera temeraria. Ayer, los enemigos del Pueblo han probado su sabor metálico y sanguinolento. Son polleras de hierro. Son campanas de lucha por la vida y la dignidad. Bajo esas polleras misteriosas, se esconde el amor, pero también la rabia. Una rabia que ayer le dijo a los Hijos de la Oscuridad "no pasarán".

Fuente: http://la-opinion-argentina.blogspot.com

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